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JUEGO DE ATENCIÓN EXTERNA

Todo juego de atención eficiente tiene como fin el ingreso a la «concentración» y de allí a su simetría interior: la «vacuidad». También el juego de atención eficiente detecta las diferencias de estabilidad y equilibrio de la mente antes y después del ejercicio.

La «vacuidad» acontece en el mundo interior y surge cuando la atención es eficiente. Su característica más significativa es la carencia de contenidos mentales, ya sean estos de naturaleza racional (pensamientos) o de naturaleza emocional (sentimientos).

A medida que la experiencia de la «vacuidad» interior se afianza, los sentidos físicos (vista, oído, gusto, etcétera) se apagan lentamente hasta finalmente desconectarse. La «vacuidad» requiere de similar gasto nervioso al proceso de la «concentración», razón por la cual posee una identidad con ella. Gracias a esta condición es muy fácil pasar de la «concentración» a la «vacuidad» y viceversa.

La «vacuidad» es una actividad cognitiva que induce la ausencia de todo contenido mental, lo que lleva a reconocer una realidad interior carente de forma, sin color específico, profundamente homogénea y sin límites ni fronteras.

Antes y después de iniciar la práctica debemos plantear que el grupo observe cómo funciona su mente, que noten la actividad que opera en ella. La más mínima insinuación de colores, formas, diferencias, etcétera, que aparezcan a la luz de la conciencia y sobre la pantalla mental, indicará que aún no se afianza la «vacuidad».

Debemos llevar a los participantes a «concentrarse» en el juego propuesto. El monitor debe dar suficiente tiempo de juego para que la mayoría del grupo se sumerja en él. A criterio del monitor se debe detener la práctica en el momento adecuado. Inmediatamente debe llevar al grupo a que la percepción se vuelque exclusivamente al interior, preguntando a los estudiantes si en ese instante aparecen pensamientos o contenidos mentales.

Ya situando al estudiante en la «vacuidad», es conveniente mostrar sus diversas características. El ejercicio bien hecho permitirá advertir en la mayoría de los estudiantes la unidad de criterio que ofrece la experiencia interior de la «vacuidad».

REACCIONANDO A LOS SONIDOS

Edad: a partir de 5 años.

Número de participantes: Indistinto.

Objetivos:

  • Desarrollar la Atención Eficiente a través del sentido del oído..

  • Reconocer la «concentración externa» y la «vacuidad interior».

  • Reconocer que en la «concentración externa» el protagonista desaparece de la cognición.

  • Reconocer que en la «vacuidad interior» todo contenido mental desaparece de la cognición.

Pautas y materiales:

  • El monitor o monitora tendrá tres objetos que emitan sonidos (por ejemplo, un silbato, una campanita y un tambor)

  • El ejercicio se hará en silencio y con los ojos vendados. (Necesaria venda o antifaz).

  • Los participantes estarán de pie ocupando un espacio interior o exterior

Desarrollo:

Situaremos al grupo en una sala o un espacio exterior.

Con los ojos abiertos se explicará que los participantes deben ir caminando y con los ojos cerrados sin parar ocupando todo el espacio seleccionado. Cada vez que el monitor o monitora emita un sonido, habrá que hacer el movimiento asociado a ese sonido. Por ejemplo, silbato dar un giro, tambor saltar y campanita, quedarse quieto hasta que consideren que el ha dejado de sonar.

Antes de empezar con la dinámica, el grupo estará de pié, quieto y en silencio y pediremos que ya con los ojos cerrados, durante unos 5 minutos, observen cómo la atención viaja por diversos lugares del mundo interno y externo. La Atención en estos primeros instantes estará moviéndose entre los sentidos, el cuerpo físico, la respiración, etcétera.

Iniciaremos la dinámica emitiendo aleatoriamente los sonidos. Es importante también generar intervalos de silencio donde solo caminen para producir el estado de espera, pues éste facilita la quietud del mundo interior.

Haremos la dinámica durante 20 minutos.

Tras esto, quien acompaña el ejercicio puede hacer algunas preguntas breves para testificar la aparición de la «vacuidad» en el mundo interior:

  • ¿Hay contenidos mentales?

  • Describe lo que percibes en tu mundo interior.

  • ¿Está la mente diferente a antes del ejercicio?

  • ¿Es la atención ahora más estable?

Finalmente, el grupo permanecerá unos minutos en silencio y con los ojos cerrados. En el caso de que sean niños, con 5 minutos será suficiente; en adultos se podrá alargar la práctica hasta 30-40 minutos.

*Dibujo de Igor Arzuaga

Esta entrada tiene 5 comentarios

    1. Sí Jesús!
      Son juegos que se pueden practicar en todas las edades. Es más, es muy interesante practicarlos de adultos y conocer cómo la concentración que se genera a través de practicas externas nos lleva a la concentración interior, a la vacuidad. Si como adultos conocemos estos mundos y conseguimos tener indicadores claros sobre estas experiencias, podremos acompañar con mayor asertividad los procesos de los niños.
      Un abrazooo!!

  1. Hola!
    La verdad que me parece un juego muy sencillo para hacer con peques! Y la verdad que en la práctica hay muchos tipos de juego de este estilo quien se hace con niños, quizás no con los ojos abiertos pero que dan lugar a una concentración externa, lo que les faltaría es el último paso de mirar en el interior….
    Yo tengo una duda co;los peques y es cómo gestionar el aburrimiento en este tipo de juegos, es decir conseguir que se concentren en el juego y no hagan tonterías…
    También me resulta difícil hablar con los pequeños de los contenidos mentales o como se encuentra la mente

    1. Hola Silvia guapa!
      Para este tipo de juegos hay que tener en cuenta la edad de los peques. Ten en cuenta que a ellos les sale de forma natural estar atentos. En realidad a todos pero poco a poco, con el desarrollo del sistema nervioso esa habilidad se va perdiendo.
      No hay que pedirles que presten atención porque ya están atentos, pero si hay que tener la suficiente pericia para atraparlos. En niños funciona muy bien sorprenderlos, también plantearles las cosas como reto. POr ejemplo, podrías poner un nombre propio a la vacuidad. Inventarte un nombre e invitarle a que lo reconozca en su interior.
      Se les puede decir que es algo que se guarda dentro de uno mismo, que es un tesoro y que para encontrarlo hay que tener ciertos poderes que los héroes tienen… Que ciertos personajes poderosos tienen la capacidad de darse cuenta que dentro de ellos tienen un secreto guardado, etcétera…..
      En cierto modo, hay que seducirles lo suficiente para convertir ese presente (el juego) en algo atractivo, para que no hagan tonterías, etcétera.
      Aún así, las prácticas con ellos han de ser breves, con 10 minutos puede ser suficiente en niños de 5, 6, 7 años…
      Gracias por tus aportaciones!!
      Un besazo

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