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Los días de playa son un ambiente maravilloso para hacer un estudio sobre técnicas pedagógicas, patrones familiares, conductas, comportamientos, hábitos, habilidades, etcétera.

Este verano estoy acudiendo casi todos los días a la playa, aunque sea una horita al día para despejar la cabeza del trabajo, etcétera. Aunque no hay exceso de gente, este mes de agosto se ha notado que hay más afluencia.

Estas playas, por su fácil accesibilidad, son las típicas donde las familias van con todo. A veces me sorprende el despliegue que hacen de sillas, sombrillas, neveras, mesas, flotadores gigantes de pelícano, colchonetas de pato, tiburón o cocodrilo, palas, y en casos extremos, la carpa de 3×3 metros. A muchos de esos grupos, solamente les falta llevar el tiesto de geranios para adornar la mesa de playa.

El caso es que tengo un radar que hace que la atención se me vaya a aquellas situaciones de conflicto o situaciones peculiares de cualquier tipo entre niñxs y adultxs y cada día me encuentro una nueva.

Hoy quiero compartir alguna…….

CASO 1

Llego a la playa sobre las 11 de la mañana. Me siento y delante mío ya hay una madre y un padre tumbados en sus toallas, quietos y en silencio tomando el sol. Mientras tanto, su hijo de unos 8 años, está a un lado de ellos un poco alejado jugando con la arena. No parece un niño inquieto, se entretiene solo, imagina y crea juegos (quizás no le quede otra).

Pasan las horas, todos siguen en silencio en la misma actitud, excepto el niño que de vez en cuando coge un churro de esos que flotan en el agua y se mete solo en la orilla del mar. Mientras está allí, mira para atrás unas cuantas veces, creo que esperando que su madre o padre le miren y le acompañen.

Como esto no ocurre, el niño se da la vuelta y sin bañarse en el agua, vuelve a jugar con la arena como lo estaba haciendo antes.

Deben ser como las 13 horas (han pasado como dos horas ya) cuando al niño, sin querer, se le escapa un poco de arena que le cae encima a su madre.

Ahí es cuando veo que por primera vez la madre se mueve y habla, para levantarse impulsivamente y dar unos azotes a su hijo en el culo mientras le grita que es un pesado y que nunca les deja estar tranquilos.

Para mi ver este tipo de situaciones es como si me acuchillaran el estómago así que frente a rebelarme, meterme donde no me llaman y decirle 4 cosas de sentido común a esos padres, hago un ejercicio de contención, recojo mis cosas y me marcho de allí rápidamente.

Increíble, ¿no? En todo el tiempo que estuvieron allí no interactuaron con el niño ni un momento. Ni una palabra, ni una mirada de vigilancia cuando marchaba al mar, ninguna propuesta de jugar o de bañarse en el mar. Nada de nada.

Y cuando el niño sin querer, rompe el momento de bienestar de sus padres, la respuesta que recibe es de violencia.

Aún me sorprenden este tipo de actitudes y es cuando me planteo el por qué muchas personas se ponen en la tarea de “educar”.

En ningún momento esta madre y este padre se ocuparon en mirar más allá de su confort y es más, parece que jugar o interactuar con su hijo era una molestia.

CASO 2

12 de la mañana. La misma playa que la anterior. Tras hacer una horita de padel surf me siento en la toalla y me dedico a mirar el mar que aún está plato como un lago.

Llegan una pareja de un hombre y una mujer y una amiga de estos y tres niños. Dos niños de unos 6 años y una linda bebé que aún no sabe caminar.

Montan el tinglado. Lo primero la sombrilla y bajo esta ponen una toalla donde apoyan a la pequeñita mientras colocan el resto de cosas. Las personas adultas abren 3 grandes sillas de playa, se quitan la ropa y empiezan a echarse crema por el cuerpo.

Para entonces los dos niños ya se han quitado la camiseta y corren hacia la orilla. Al ver que marchan, la madre de uno de ellos empieza a gritarles que vengan inmediatamente a comer el bocata (sin moverse del sitio y sin interrumpir su momento de embadurnarse de crema).

La otra pareja ni se preocupa porque están muy atentos a que la mujer le eche la crema por todo el cuerpo al hombre para que vaya a bañarse él solito al mar.

La situación entonces es que el hombre se va a bañar solo, su mujer se queda echándose la crema a sí misma por el cuerpo y la otra mujer sigue gritando y amenazando desde el sitio a los niños para que se coman el bocata antes de bañarse. ¡Alucinante!

En una de estas, la mujer grita para toda la playa y reprocha a su hijo que le está haciendo sentirse ridícula por tener que gritarle. Así que ya el pequeño, vuelve con cara de desgana, se sienta en la toalla, abre el bocata, se pone a comer y su madre ya entonces sentencia que está castigado para todo el día y que en la siguiente cogen el coche y se marchan (todo esto, sin parar de echarse crema y sin haberse movido del sitio).

Una vez más, indignada, cojo mis cosas y me marcho de allí y me viene el recuerdo de mi a esa edad cuando íbamos a la playa y hace que me ponga en el lugar de esos niños de 6 años. Evidentemente, a esa edad, lo primero que se hace nada más llegar a la playa es coger el cubo, la pala, los manguitos, la colchoneta y salir corriendo a darse un chombo.

¿Por qué esos adultos no son capaces de ponerse en el lugar de sus peques? ¿No creen que en ese instante la prioridad de ellos es pasárselo bien en el agua antes que comer el bocata? ¿Cuánto de grave es la situación para convertirla en un conflicto y en algo desagradable?

La sensación que me dio es que esa madre a toda costa quería tener el control de la situación porque lo habitual será lo contrario. Creo que esa situación no fue origen sino consecuencia de la educación que está dando normalmente a su hijo, uso de amenazas por falta de autoridad, absurda sobreprotección y desconocimiento absoluto de lo que su hijo es en esencia.

CASO 3

En este caso pasa casi lo contrario que en los dos anteriores.

Hay una madre con sus dos hijas pre adolescentes y su hijo de unos 6 años. En este caso no llevan tantos artilugios de playa. Las chicas permanecen tumbadas y el niño juega solo y anda para atrás y para adelante llenando y transportando cubos de agua.

Su madre de vez en cuando le acompaña y se le ve intercambiar la pala y el rastrillo para hacer figuritas en la arena.

Entre tanto, va donde sus hijas y alegremente les propone ir a darse un bañito o a jugar a las palas. Estas le miran como vacas al tren y parece que los planes propuestos no les seducen demasiado.

Miran a su madre con esa cara de pre adolescente que cree que lo sabe todo y que los planes propuestos son de vieja anticuada.

A la madre le hace gracia la situación y les llama aburridas, recordando que ella a su edad se lo pasaba genial saltando olas y jugando con todo tipo de elementos como piedras, arena, etcétera.

Finalmente, las jovenzuelas le piden el teléfono y la madre desiste prestándoselo para que se entretengan viendo vídeos etcétera.

Y es que contra las TIC y los adolescentes, no hay quien pueda.

A veces me pregunto por qué las personas quieren tener hijxs y me cuestiono sobre la validez del concepto de familia.

Ahí dejo estas anécdotas como reflexión, yo mientras tanto seguiré yendo a la playa con tapones en los oídos y gafas oscuras para no fijarme en lo que hay alrededor.

*FOTO: Aida Ulibarri

Esta entrada tiene 18 comentarios

  1. Una sociedad altamente egoísta, como es la nuestra, da para esto y mucho más…Da tristeza, pena, rabia… ver como el egoísmo es de tal porte, que este no respeta, ni se apiada de nada ni de nadie. Así podemos ver escenas como las que comentas donde el egoísmo se impone sobre el amor.
    Gracias a tod@s los que trabajáis en el campo de la educación ilusionad@s, el futuro lo construimos hoy.

    1. Pues razón no te falta, cielo…
      …el futuro lo construimos hoy…
      Cada cual que reflexione y haga lo que corresponda.
      Mil gracias por tu aportación,
      Un fuerte abrazo

  2. Buf,me estremezco al leer los casos y pensar en esos niños. En realidad,los que frecuentamos ambientes de niños y estamos atentos,vivimos casos de esos a diario . Y a veces me ocurre a mí,siempre cuando no estoy bien conmigo misma y descargo mi ira con ellas. Ahora puedo llegar a ser consciente de ello,sentir lo que me duele y disculparme ante ellas.
    Gracias Ane por ayudarnos a ser más conscientes de estos casos

    1. Querida Marta,
      Como educadores/as, hacemos lo que podemos. No podemos caer en la exigencia.
      Creo que hay grados de consciencia.
      Lo que vale de todo esto no es el error sino el aprendizaje.
      Tu como yo y otras personas estamos en el camino del aprendizaje y eso ya es mucho. Ser conscientes de nuestras conductas, de los hábitos y sobre todo, de nuestras habilidades ya es mucho porque nos permite cambiar, crecer y si acaso, poner cada vez un granito de arena en el cambio del paradigma educativo.
      Gracias por tu aportación, por ser tan sincera y honesta.
      Un abrazaco!

  3. Solo hay que intentar ponerse en el lugar de los niños…y cómo duele …sentir su debilidad…su falta de herramientas para gestionar esos actos que provienen de sus padres,las personas que más le quieren en este mundo…

    1. El ejercicio de mirar a través de los ojos de nuestros seres queridos siempre ayuda, porque salimos de nuestra coraza y permite crecer con los demás.
      Duele porque sabes de lo vulnerables que fuimos cuando éramos como ellos/as.
      Ahora como personas adultas, la tarea es de dotarnos de herramientas la propia gestión y mostrárselas a los y las peques.
      Por otro lado, no olvides que así como a ti te tocó nacer en un entorno para aprender ciertas cosas y desarrollar tus propias habilidades, a ellas/os les ha tocado nacer en un entorno que les proveerá todo aquello que deban aprender.
      Ten en cuenta que los hijos e hijas no son propiedad de nadie. Se te han dado para que cuides de ellos/as lo mejor posible pero que tienen su propio camino que transitar, tropezarse….
      Lo que vale siempre es aprender de la experiencia.
      Te adoro, sol

  4. Ay, Ane, esto es así… Desde la humildad del que como padre ha hecho cosas mal, ha tomado decisiones erróneas, ha gritado sin razón, ha castigado porque tenía un mal día,….y muchas más… Desde ahí incluso, me dan pena esas familias que has descrito, las dos primeras. No saben lo que están haciendo. Seguramente actúan como sus padres/madres lo hicieron con ellxs; seguramente actúan mirando al público, cuya opinión es para ellxs más valiosa que sus hijxs y su educación; seguramente no son felices con el camino que han tomado sus vidas; seguramente no estaban preparadxs para ser padres/madres; seguramente… No lo sabemos.
    Tengo un amigo que dice que habría que hacer un test a lxs que quisieran tener hijxs, para ver si son aptxs… Pero él no es ni será padre…
    Estos casos, según mi parecer, son resultado de esta sociedad de infinitas oportunidades, del no pasa nada, de la comodidad=felicidad, del yo ya sé, del primero yo, luego yo, y siempre yo, del miedo a perder, del culto al placer y al físico, del yo tengo derechos pero no me acuerdo de mis deberes,…
    Pobres niñxs y pobres padres y madres… Seguiremos sufriendo.
    Y todo eso luego, en las escuelas lo vemos. A diario. Por ahora, en mi caso, son los menos, pero en las ciudades es un desastre total y generalizado.
    Un abrazo!

    1. Joxean….
      De acuerdo contigo.
      La sociedad aún no está preparada para dejar de alimentar el “sentido protagónico”, y como dices, eso se refleja en mantener el status quo ya sea con la apariencia física, intelectual, emocional, etcétera.
      Todas las personas hemos padecido la ignorancia de nuestros educadores. No quiero pensar en épocas anteriores cuando la preocupación no era emocional,… sino la de subsistir. Trabajar para comer, y si acaso, estudiar algo para empezar a ser prósperos socialmente.
      En la actualidad y en nuestra sociedad (puesto que si estuviéramos en otro lugar del mundo ni nos plantearíamos estar en la playa en bikini disfrutando el día de sol) ya podemos empezar a plantearnos otras facetas.
      Creo sinceramente que cada vez estamos más personas con ganas e ilusión de aprender, de crecer, de aprender a gestionar nuestros mundos físicos, emocionales, intelectuales, etcétera.
      Sirvamos entonces de referentes para otras personas que aún no se plantean estas cosas ya sean de aquí como de otros lugares del mundo.
      Tu aprendes, creces y seguramente todos los cambios que en ti haces generan impacto en tu entorno familiar, laboral (en la escuela), social, etcétera.
      Ahí vamos, bihotz…..apurkanaka ikasten….
      Eskerrik asko zure ekarpenagatik…
      Moxu potolo bat

      1. Claro, cada unx tenemos que aportar lo nuestro para construir ese mundo con el que soñamos en el que nuestra esencia, nuestro ser sea lo importante. Igual he parecido pesimista, pero soy lo contrario. Por eso soy padre, por eso soy educador, por eso intento mejorar y cuidarme.. Porque a pesar del miedo, de la culpa, de la inconsciencia con las que nos quieren embotar, creo firmemente en la humanidad y la vida, y en que vamos hacia un gran futuro. Y es por eso que te he conocido a ti, al grupo de Huesca, a Begoña, a Sesha, a Omcar, a Juanjo, a Soma a Charo, a Jon, …y lxs que faltan!!
        Gracias por estar en mi vida a todxs vosotrxs!!
        Muxu handi bat!!

  5. Hola Ane; enhorabuena por tu post, realmente todos hemos observado escenas similares en las que el niño único comienza siendo un objeto de culto cuando nace y todos los adultos giran en torno a él, y cuando va creciendo se topa con unos padres inmaduros y narcisistas, a los que su presencia rompe la vida de post adolescencia eterna que querrían seguir viviendo, y o bien lo anestesian con móviles y tablets, o lo sancionan por el mero hecho de respirar. Es muy dura la infancia que les está tocando vivir a los niños de hoy…. esperemos que los padres sepan tomar conciencia de que lo que no hagan bien con sus hijos en la infancia, luego tendrá consecuencias que serán mucho más difíciles de afrontar.

    1. Pues qué decir María…
      Lo dices tan claro y directo que solo puedo decirte que comparto tus palabras totalmente y agradecerte la aportación.
      Mil gracias y un abrazo!!

  6. Yo también me pregunto, en general…porqué tenemos hijos…? Porqué nos casamos…? Porque es lo que hay que hacer…seguir la corriente, la norma…pero todo sin ser conscirntes de lo que hacemos…por que sí, porque toca…no nos planteamos la responsabilidad que conlleva ambas cosas…y así va el mundo… No nos enseñan lo que realmente es el amor y el compartir y no nos enseñan lo que es un niño…y así va todo…chapuza tras chapuza…
    Gracias Ane por mostrarnos tu mirada y sabiduría hacia los niños…
    Muak!!

    1. Imagino que habrá gente para todo. Lo que me cuestiono es si sabemos reflexionar y valorar las situaciones antes de decidir. Pero bueno, toca asumir y aprender.
      Ahora nos toca mostrar qué es el amor y qué el compartir…
      Gracias a ti Mar por la aportación…
      Remuak

  7. No soy madre. Soy tia de familia numerosisima. Desde pequeña he aprendido a cuidar a niños, a disfrutar de su inteligencia, y a respetar su libertad. Jugaban todos juntos. A veces me acomodaba, pues se entretenian entre ellos. Mi padre nos enseño la importancia de ser niños libres y a respetar a mi madre…. y nos apoyaba en las habilidades artisticas. No era suficiente como para desarrollar las habilidades, por que estabamos demasiadas horas en el colegio, asi que ahora de mayores, estamos como todos, sin conocer nuestras habilidades. Un abrazo.

    1. Gracias Kathia por tu comentario…es bonito lo que compartes…
      Lamentablemente cuando nos preguntan por nuestras “taras”, enseguida somos capaces de decir un montón, pero cuando se trata de habilidades o áreas que nos construyen, no sabemos responder porque no las conocemos, no nos ayudaron a vivir en función de ellas.
      Nunca es tarde… Creo que aún estamos a tiempo de reconocer y rescatar habilidades porque su naturaleza es permanente. Siempre están y se expresan en muchos ámbitos diferentes.
      Así que, a ver si poco a poco, las personas nos vamos dando cuenta de lo trascendente que es este asunto del encuentro de habilidades y vamos cambiando la forma de mirar al mundo en geeral.
      Otro abrazo para ti, muchas gracias

  8. Ainss.., siii.., te llevas las manos a la cabeza.., toooda la razón del mundo!! es brutal.., lo ves todos los días…, pero cada vez estamos más gente que queremos cambiar esto, aunque todavía seamos una minoría y nos miren “diferente”, estamos en el camino!! Con nuestros errores que también son tooodos los días, pero siendo conscientes, sòlo eso ya es mucho y con atención. Gracias a nuestra humilde y sabia pedagoga que nos ilumina en este camino nada fácil pero a la vez tan gratificante.
    Y lo de darles comida “no saludable” para tenerlos entretenidos y tener un rato más para los adultos es de traca también..jajaja
    Gracias otra vez por transmitir!!
    Muaaa

    1. Gracias Bea….
      Así es, estando atent@s y siendo conscientes ya estamos haciendo mucho, estamos aprendiendo y haciéndolo lo mejor posible.
      Sin exigencias ni querer ser perfect@s y con atención. Y sobre todo……que no se nos olvide disfrutar….
      Un besito!

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