Saltear al contenido principal

HÁBITOS Y HABILIDADES

Las Tendencias Innatas actúan como cauce sobre el cual la mente interpreta los estímulos cotidianos que ofrecen el Mundo Interno y Externo. Las reacciones que la mente procesa están enmarcadas por la herencia física y psicológica con que nacemos.  El mundo se interpreta siempre bajo los matices que estructuran las Tendencias Innatas y las reacciones comportamentales y pueden clasificarse en dos grandes grupos: hábitos y Habilidades. 

Desde la tierna infancia el sistema nervioso va madurando y permite la construcción de la identidad a través del aprendizaje. Evolucionamos y adquirimos un prototipo de respuesta al que solemos denominar conducta. 

Con el paso de los años se estructura una personalidad ajustada a criterios propios que permite una identidad con patrones diversos y diferentes respecto a otras personas. Es entonces, cuando los hábitos y las Habilidades moldean la mente y definen el tipo de respuesta comportamental. Una mente madurada por un sinnúmero de creencias y certezas construye criterios mediante los cuales adopta decisiones. Somos esencialmente nuestras certezas más firmes.

La pedagogía y los modelos educativos actuales hacen hincapié en la formulación de los hábitos, descartando en gran medida el provecho comportamental de un aprendizaje basado en las Habilidades Innatas que todo ser humano posee. 

Nuestras reacciones ante los diversos estímulos cotidianos son un carrusel de secuencias de eficiencia y eficacia cognitiva, lo que presupone niveles de aprendizaje y atestiguación más o menos firmes. La eficiencia cognitiva es tal vez el indicador más determinante de un comportamiento sano, de una mente estable. 

Representan la unidad de respuesta conductual previamente adquirida. Su fin es la obtención de una reacción adecuada ante los estímulos induciendo en ella la presencia del «sentido protagónico».

El hábito es la respuesta comportamental evolutiva más común. Gracias a ella se promueve el sentido de individualidad. Implica una reacción con «sentido protagónico», es decir, la reacción va acompañada de una identidad que se advierte propietaria de la acción y de su potencial fruto, sea este cual sea. Por ejemplo, vamos al gimnasio con el convencimiento de que es sano para nuestro organismo y que, gracias al sudor de ejercitamiento, desintoxica nuestra red extracelular. Por un lado, nos percibimos como hacedores de la acción y por otro como poseedores del fruto que conlleva realizarla.

La aparición de una respuesta habitual conlleva tácitamente la presencia del «sentido protagónico», una idea que esencialmente diferencia al actor con la acción, al sujeto con el objeto de percepción.  A la entidad primaria comportamental solemos denominarla como yo, mientras que a la unidad primaria cognitiva solemos llamarla sujeto; ambas son sinónimas.

El resultado cognitivo de una respuesta habitual es la Atención Intencionada, es decir, la percepción de un ambiente de realidad que se experimenta a través de procesos mentales eficaces, mas no eficientes. La Atención Intencionada lleva a conocer gracias a la intención depositada por el yo. Razón por la cual permite una percepción tóxica. La intención del yo se entremezcla con la realidad operante en el Presente y la modifica, induciendo la aparición de contenidos mentales innecesarios o irrelevantes, o impidiendo o enturbiando la aparición de lo realmente necesario para ser conocido. El tipo de realidad conocida mediante la Atención Intencionada conlleva un proceso eficaz de la mente.

Por evolución, la mente ha consolidado la individualidad creando un entorno adecuado para desarrollar la propia identidad. Las respuestas habituales a los estímulos cotidianos han promovido el afianzamiento del yo y su perpetuidad mediante la enseñanza y el aprendizaje, forjando así un saber entre generaciones. 

Los hábitos son la modalidad más adecuada para forjar la subsistencia egoica. El único gran problema de este mecanismo cognitivo, es que el excesivo refuerzo habitual lleva al obsesivo afianzamiento de patrones y estos a la creación de condicionamientos, es decir, a la pérdida de la capacidad decisoria consciente. Reaccionar por condicionamientos lleva a la esclavitud en las decisiones y a la falta de Libertad Interior. Es allí donde la mente caótica induce una toxicidad que llega a conformarla patológicamente. 

En resumen, el hábito posee las siguientes características:

  • Plantea una respuesta comportamental y cognitiva eficaz.
  • Nacen del pasado y se proyectan hacia el futuro.
  • Incluyen la presencia del «sentido protagónico».
  • Emergen como mecanismo de defensa y/o adaptación al entorno.
  • Promueven la pérdida de naturalidad y espontaneidad.   
  • Los hábitos más reforzados constituyen la personalidad.
  • Se afianzan entre los 5-8 años. Hacia los 12-14 años quedan integrados en la personalidad.
  • Se consolidan tanto en el Mundo Interno como en el Externo.
  • Se asocian a una Atención Intencionada y al interés.
  •  

Representan la unidad de respuesta comportamental más eficiente ante cualquier evento consciente. Su fin es la obtención de una reacción presencial carente de «sentido protagónico». 

La reacción comportamental basada en las Habilidades nos introduce en la teorización de una pedagogía que ofrece mayor eficiencia en el aprendizaje. Realizar la acción conscientemente bajo un marco cognitivamente eficiente conlleva una forma de aprendizaje que avala un comportamiento más maduro, apoyado en la correcta toma de decisiones.

La respuesta habilidosa posee la inmensa ventaja de desarrollar eficientemente las propias facultades mentales. La facultad de la Concentración, como respuesta operativa en la cotidianidad, es la expresión más básica de la importancia de las Habilidades y de la Atención Eficiente.

Una de las más interesantes características de las Habilidades, es que emergen como respuestas carentes de «sentido protagónico». Es curioso notar que mientras permanecemos concentrados no somos conscientes de dicho proceso. La eficiencia cognitiva y comportamental que otorga la Concentración es bien conocida por todas las personas. Es decir, para aprender mejor y más claramente buscamos siempre permanecer concentrados. Sin embargo, cuando ello ocurre, la capacidad de auto atestiguación se anula, lo que conlleva a que el yo momentáneamente se diluya o simplemente del panorama consciente.

La Concentración, como proceso cognitivo, demuestra que la ausencia de «sentido protagónico» promueve un saber más eficiente. La naturaleza de la Conciencia pasa a ser un acto independiente de yo, puesto que evidentemente este no está presente en la cognición.

Activar una Habilidad implica adoptar una respuesta cognitiva carente de «sentido protagónico». Dicha respuesta cognitiva se expresa primariamente como Concentración; de manera más profunda como Concentración No-dual y en su estado más eficiente como Meditación. 

En resumen, la habilidad posee las siguientes características:

  • Promueve la aparición de una respuesta cognitiva eficiente.
  • Emergen en el Presente Cognitivo.
  • Ausencia del «sentido protagónico».
  • Son innatas y permanentes.
  • Promueven la expresión natural del ser humano.  
  • Impulsan a fluir de Habilidad en Habilidad y a conformar la secuencia que lleva a la Multihabilidad (No-dualidad).
  • Son existentes tanto en el Mundo Interno como en el Externo. 
  • Se asocian a una Atención Eficiente y a la expresión de la acción basada en la motivación.
  • Sus expresiones comportamentales y cognitivas más frecuentes se asocian a:
    • La destreza
    • Los dones 
    • Los talentos
    • La genialidad
    • Fluir, Insight, creatividad, Concentración, experiencias cumbre
    • Multihabilidad: genialidad, No-dualidad, rapto místico y Samadhi
  •  

El interesante gráfico que se presenta a continuación, aplica a la relación clara entre los términos que conforman las respuestas comportamentales:

Los hindúes han legado un interesante concepto que resume en gran parte el producto de su extensa metafísica, nos referimos a la No-dualidad. Es nuestro interés occidentalizar dicha idea introduciendo términos que logren contener la totalidad de su significancia en el campo educativo. 

La No-dualidad establece una novedosa plataforma cognitiva; es decir, es un entorno cognitivo con protocolos especiales que interpreta el universo externo y el propio, desde una perspectiva novedosa y profundamente interesante. 

Nótese cómo, por ejemplo, al dormir surgen códigos y pautas cognitivas que entrelazadas generan una realidad en concordancia a las reglas que establecen dichos cañones. Así, la No-dualidad ofrece una serie de axiomas que relacionan al sujeto con los objetos que este conoce. 

Cuando logramos encadenar una Habilidad con cualquier otra de manera continua, tal como opera en el proceso de saltar de piedra sobre piedra para atravesar un río sin caer, iniciamos cognitivamente un proceso denominado fluir, cuya expresión suele desembocar en la No-dualidad.

El estado más profundo de Atención Eficiente acontece cuando en la cotidianidad y sin importar qué actividad se realice, la capacidad habilidosa se extiende a cada acto de la vida produciendo así un tren secuencial de habilidades que conformará la Multihabilidad.  La Multihabilidad es una experiencia cognitiva donde el conocedor es a la vez diferente pero simultáneamente igualmente idéntico a lo conocido. 

La Multihabilidad lleva a descifrar el mundo de una manera completamente nueva. Los objetos que contienen la realidad se estructuran bajo cánones excepcionales en los cuales el ser humano logra el objetivo fundamental de su vida: conocerse y conocer enteramente cuanto le rodea, dando así respuesta a los enigmas esenciales de la vida. 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
X