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Muchas veces me quedo pensando sobre la fortaleza humana. Es sorprendente la capacidad que tiene de resiliencia ante biografías verdaderamente duras.

Pienso también en aquellas sensibilidades extremas, en cómo son capaces de sobrevivir a la dureza de este mundo.

Y sí, sobreviven. Sobreviven gracias a que encuentran una vía para expresar ese chorro de dulzura que habita en sus corazones. Las expresiones artísticas suelen ser una buena herramienta para ello…

Leire Jaione es una gran amiga que tengo y que conozco desde la infancia (y adolescencia de ella). Por respeto a su intimidad no daré datos de ella pero si fuera un árbol, sería el roble, si fuera flor la orquídea, si fuera un pajarito sería el colibrí y de las estaciones la primavera.

Creía que conocía todo de ella pero hace poco me sorprendió. Resulta que escribe poesía desde hace años y yo lo ignoraba.

El otro día fui a visitarla y sacó su cuadernito. Me mostró varias poesías y echamos risas sobre los diversos tipos de letra que tiene.

De todas las que me leyó, esta me gustó la que más por una curiosidad que tiene y que no voy a desvelar esperando que vosotros/as lo hagáis. Ahí lo dejo, disfrutad e investigad….

Sístole – Diástole

Buenos días, me decían
otra vez será…
negociar no es lo mío?

Bitácora de una relación,
óbito de una libertad,
necia esperanza

Bajaba el sol, en aquel
ocaso dorado, y
notábase el frío

Barruntaba sin cesar en las
ocasiones perdidas que
nadie disfrutaría

Buscaba la forma de
ocultar mi inquietud
notoriamente asaltada

Botando mi corazón
orate botarate…
nunca saciado?…

Barbitúrico amor, que en el
oleaje salvaje, me lleva a
navegar sin rumbo

Bañándome en tí
olvido al mundo,
nada importa ya

Borracha de deseo,
obedeciendo al instinto,
nos topamos de frente

Bailamos al son,
onírico placer,
nadando en nosotros mismos

Bonita poesía regalada,
oído embelesado,
niebla que sale de tu boca

Brisa de tu aliento,
o un dulce lamento,
nata son los besos

Bajo la piel,
observa el corazón
novato redimido

Bocanadas ávidas de
oxígeno puro,
nítidas lamentaciones en positivo

Brazos que buscan,
otrora encuentran,
nadan y chapotean

Benigno abrazo, de los
organismos sumergidos,
nihilista conexión

Barranco insondable
oscuras aceras
níveas fachadas

Brecha que separa
onanismo compartido
nudos nos atan

Brillante cabeza y su corona
orfebre la luz que lo acompaña
notablemente adquirida

Besándose los amantes
organigrama salvaje
naturaleza en estado puro

Bricomanía de los corazones
orantes, errantes
napado el dolor

Bendito el amor,
océano infinito
nación común y universal

y a veces me agarra…..
bon…bon…bon…
el ritmo del corazón

*Imagen cabecera: Leire Jaione

 

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