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El otro día tras un encuentro de meditación online de Sesha, escuchando respuestas que daba a preguntas del alumnado, me quedó una idea que escuché clavada en la mente durante un buen rato.

“El ser humano trata de paliar el sufrimiento de otras personas, sin embargo, no se plantea salir de su propia ignorancia”.

Esta idea me parece tan cierta como elegante.

Tratamos de paliar el dolor y el sufrimiento dando por hecho que son “malos”. Esto se lo dije a una madre el otro día cuando me dijo que su hijo sufriría mucho por la sensibilidad que tiene. Yo le confronté diciendo que con ese pensamiento lo que dejaba en evidencia es que presuponía que la sensibilidad es fuente de sufrimiento, que presuponía que su hijo tendría dificultades por ser como es, etcétera, mas no se planteaba la sensibilidad como símbolo de fortaleza interior y productora de herramientas como la Intuición, empatía, genialidad, humanismo, entrega, bienaventuranza, etcétera.

Vuelvo a repetir que no debemos mirar a la infancia actual con nuestros ojos velados por antiguos modelos cognitivos moralistas. Estas niñas y niños perciben diferente, han saltado a un cambio generacional con aparato cognitivo muy distinto al nuestro y que les ofrece una forma de percibir totalmente diferente.

Dicho esto, y en relación a la pregunta e idea que he expuesto al inicio, le solicité a Sesha que me escribiera un breve texto que he adaptado para compartir en este blog. Aquí va:

Durante el confinamiento estoy ofreciendo encuentros online donde junto con estudiantes, practicamos meditación. Tras finalizar la práctica, suelo dedicar unos minutos a contestar aquellas preguntas o inquietudes que los y las estudiantes proponen.

En un par de sesiones ya, algunas personas me han pedido opinión respecto al asunto de ayudar a otras personas a paliar su dolor y sufrimiento en esta situación que estamos viviendo en la actualidad.

Opino que realmente aquello que exalta y construye al ser humano debe preponderar siempre en la sociedad; el único problema es definir correctamente qué quieren decir exaltar y construir desde nuestro punto de vista.

Ante todo, he de decir que el vedanta advaîta es un modelo cognitivo que no cataloga ni categoriza la acción, sino la actitud cognitiva con la que esta se realiza.

Nuestras respuestas comportamentales pueden ser analizadas desde dos perspectivas: como «hábito», es decir, con presencia del «sentido protagónico» y/o como «habilidad», con la ausencia de este. Por tal razón, la conducta puede direccionarse a cualquiera de ellas. Es posible que al actuar se exalte y construya cada vez más el «sentido protagónico» o en su defecto, la ausencia de este.

Exaltar el «sentido protagónico» llega a ser válido, pues a través de él forjamos niveles básicos de aprendizaje y comprensión. Nuestras certezas deben configurarse a un punto donde el propio individuo llegue a «aceptar su propia disolución egoica»; este es finalmente el camino al que conduce todo consejo, pauta, ayuda o educación recibida. En esta etapa cualquier aprendizaje puede llegar a ser conflictivo y a la vez, enriquecedor.

Se puede ayudar al género humano y con ello ayudarse a sí mismo/a creyendo que al hacerlo uno/a se exalta e inclusive purifica su naturaleza. También se puede no ayudar y aceptar que el karma opere, creyendo que cada quien debe experimentar aquello que le lleva a aprender forzadamente de la vida.

Cualquiera de ambas actitudes es válida; pero tanto ayudar como ser pasivo desde el «hábito» no es demasiado constructivo. Cuando se acepte «la propia disolución» la pregunta de ayudar o no, carecerá de sentido, pues nunca la persona se verá como salvadora, ni tampoco instrumento de salvación.

Paliar dolores crea salvadores. Crear salvadores induce a depositar las propias decisiones en terceros.

Tratad el dolor y el sufrimiento como si el mal que se quiere erradicar fuese la ignorancia. Para esto la salida más inteligente es enseñar.

Cuando logréis doblar la esquina y advirtáis el dolor y el sufrimiento desde vuestras propias habilidades, entonces seréis «compasivos/as», pero jamás sufráis por un dolor que solo le pertenece a la ignorancia.

Sesha

G d.l. E.

Abril del 2020

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