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Un extraño mundo nace en la concentración exterior:
Imagina que tienes un pedazo de pan. Lo colocas sobre tu mano y lo notas como un objeto diferente de ti. Ahora abres la boca y lo tragas. El pan ahora también hace parte de ti como sujeto, ahora el objeto previo es parte del sujeto que lo comió. El pan como objeto es a la vez sujeto, puesto que al situarse en el estómago es parte del alimento que da subsistencia al cuerpo.
Con la conciencia pasa lo mismo. Ella puede expresarse como conciencia individual sin dejar de ser conciencia No-dual. Realmente la conciencia es No-dual, y se revela como tal cuando la atención se sostiene en un acontecimiento presencial que deriva en su naturaleza esencial, ser sujeto y objeto simultáneamente. La conciencia No-dual se parece al instante donde se traga el pan. Allí el objeto es pan y a la vez es sujeto, no solo pan ni solo sujeto, sino simultáneamente ambos.
Cuando la atención se mantiene firme en un acontecimiento presencial bajo la modalidad de Observación Exterior, entonces la conciencia espontáneamente toma el rol de ser objeto de conocimiento y, a la vez, sujeto de conocimiento, sin que uno implique la cesación del otro. Esta simultaneidad cognitiva se denomina No-dualidad. Así, entonces, en la Concentración Exterior, y debido al afianzamiento de la atención en forma de solo objeto, lo conocido empieza a asumir el rol de conocedor de forma simultánea.

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