Situarse en la presencia de una actividad Habilidosa es la forma más…
Gaia tenía 2 hijas y 2 hijos y a los cuatro quería por igual, aunque eran totalmente diferentes. Valoraba sus dones, pero conocía sus debilidades. Realmente no las veía felices.
Tierra, la hija mayor, firme, resistente, sólida, plena. Hija de la noche, de la oscuridad. Fértil y nutritiva. Muy práctica, con el don de la materialización. Capaz de transformar la realidad. Aunque su gran afinidad con el mundo sensorio, la pierde en una búsqueda constante de placer y estímulo.
Fuego, el hijo menor, fuerte, siempre dispuesto a la acción. Hijo del mediodía. Impulsado constantemente al movimiento, a la actividad por su imperiosa necesidad de regeneración y cambio. Identificado con todo lo que hace, siempre dueño de la experiencia, apropiándose del fruto de la acción.
Aire, gemelo del Fuego. Con grandes poderes mentales. La búsqueda de respuestas trascendentes alienta su vida, así como la necesidad de relacionarse, comunicarse. Impulso por el saber. La duda y la agitación mental es su gran debilidad.
Agua, hija tardía. Pura y cristalina. De formas suaves, adaptable. Mansa pero firme, con un gran poder penetrante. Impulso por el amor. Con una gran necesidad de expresión emocional. Teje una red con todo lo existente, en un proceso integrador. Su mundo interior puede revolverse como agua brava y anegar todas las facetas de su vida.
Gaia preocupada por sus hijas e hijos al ver que su mente y emocionalidad no dejaba de vagabundear por lugares extraños y fantasiosos, lo que las hacía sufrir innecesariamente, quiso consultar al oráculo para que pudiera darle un remedio que pudiera calmar el corazón y la cabeza de sus criaturas queridas, respetando su genuina naturaleza.
¿Con cuál de estas cuatro criaturas te identificas mayormente?
Si fueras el oráculo, ¿qué les recomendarías para cada una de ellas?
*FOTO CABECERA: https://pixabay.com/es/photos/juguetes-piezas-diversidad-colorido-5606837/
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