NO SOMOS DUEÑXS DEL TIEMPO
Quisiéramos detener el tiempo cuando la dulce primavera sopla vientos de alegría y desearíamos apurarlo cuando la pesadez del invierno trae la congoja o la amargura. La esencia del tiempo es abstracta, tan sutil que no permite ser modelada por anhelo ni por ruego alguno. Se sobrevive a su antojo pues permanecemos ciegos ante la cercanía invisible de sus pasos. El truco para controlarlo es no intentar destruirlo, pues cualquier tentativa para manipular un segundo puede convertirse en horas o…